SUELTO LAS ARMAS, LIBERO MI CORAZÓN

Hay personas que pasan por nuestra vida dejando un mal sabor. ¿Por qué cargar en nuestro corazón con ese amargo que dejan a su paso?

En mis dibujos suelo comparar a los seres humanos con las flores, porque somos bellos pero frágiles.

¿Cuando pisas una flor en el parque sientes culpa? Por supuesto que NO. Lo mas seguro es que ni siquiera notaste haber pisado la flor. Muchas personas cuando te han pisoteado tampoco lo percibieron.

¿Cuando cortas una flor sientes culpa? No. Lo hiciste para adornar la casa o para dar un regalo, incluso para verla de cerca. Muchas personas han cortado tus sueños pensando que otro camino es mejor para ti.

En algunos casos, hay personas que no soportan ver la belleza de otro y sienten inferioridad. Entonces, aparece la envidia; algo absolutamente absurdo, porque aún en la más hermosa de las praderas cada elemento es importante para lograr un paisaje majestuoso.

Hace poco escuché en una conferencia “Nadie muere por la mordida de una serpiente, mueren por el veneno que inyectó.” Igualmente, aquella persona que te hizo sentir mal, que hizo daño, es como la mordida de la serpiente. Si esta experiencia dejó en tí resentimiento, rabia u odio entonces el veneno de la mordida mató inocencia, fé, confianza y amor.

“El veneno es letal. Quedas contagiado de odio con pensamientos agresivos que salen de tí como proyectiles directos hacia quien te lastimó.”

¿A quién le permitiste entrar a tu vida para que quitara uno a uno tus pétalos? Esa persona al quitar cada pétalo permitió que re-nacieras más fuerte y sabio.

Tirar las armas es igual a parar la rabia y los pensamientos agresivos, ante esas personas o situaciones que en algún momento nos lastimaron. En el caso de las flores, ellas eligen dar su belleza y aroma hasta el último de sus días, aunque las corten o saquen del jardín. Al igual que las flores estamos expuestos a un ambiente y sus elementos. La humildad nos enseña a bajar la cabeza ante la grandeza de la vida y su perfección. Entregar el arma, el señalamiento, el resentimiento y la rabia permite enfocar la energía personal en el crecimiento propio.

Finalmente el perdón es la reconciliación tuya con la existencia.

Miló Tenganá ☀

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Las historias publicadas en este blog promueven el crecimiento personal a través del arte y la espiritualidad.

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